viernes, 18 de diciembre de 2009

TRAVESIA EN EL MUNDO DE LOS BYTES ( 3ª parte)

Pasados 2 años en la firma la inflación comenzó a comer los sueldos y cada vez se ganaba menos, ya que los reajustes en el supermercado eran diarios y el sueldo solo cada 6 meses.

Por eso comencé a pensar en salir del Brasil, 6 meses antes en uno de mis cursos en Rio conocí un colega del área de ventas, que era uruguayo pero vivía y trabajaba en Caracas Venezuela.

Conversando con mi esposa decidí a escribirle para ver si sería posible trabajar en el misma firma por allá.

Este procedimiento no podía hacerse oficialmente, porque sería una subsidiaria "robando" un técnico a otra, el costo de los cursos y preparar un técnico es bastante alto, por eso las comunicaciones fueron sigilosas, 30 días después vino la respuesta que era mejor de lo que yo esperaba.

La firma me aceptaba como técnico, pagando pasajes de avión para ambos, sacaba la documentación , salía de fiadora para alquilar un apartamento y la parte mas importante triplicaba el sueldo que ganaba en Porto Alegre.

Asi que llegado el día yo fui primero para abrir camino, un salto hacia lo desconocido, decir que conocía algo de Venezuela y nada era la misma cosa, solo en la TV pasaban un show del animador Renny Ottolina trágicamente muerto años mas tarde en un accidente de aviación.

Llegando a Caracas, tremenda sorpresa saliendo de un Montevideo totalmente plano, y de Porto Alegre con sus cerros, llegaba a Caracas que esta a 1000 metros de altura y con una montaña de 2600 El Ávila a su lado.



Conforme combinado tomé un taxi y fui al hotel reservado por la firma muy próximo al local de trabajo, allí además del cuarto me esperaban Bs 500 ( 150 dólares) para los gastos de fin de semana.

La primera impresión es de un clima muy agradable una eterna primavera, ciudad muy moderna, con una edificación muy avanzada, lo que chocaba bastante en la época 1973 eran los "rancherios" ( asentamientos o cantegriles) que rodean toda el área metropolitana.

El tránsito siempre fue muy caótico con sus "buses" apretados y los clásicos "carritos por puesto", un taxi colectivo que para en cualquier lugar y lleva de 5 a 5 pasajeros, su precio era de Bs 1.

Uno de mis errores fue ir para volver, no comprando coche, no comprando muebles, lo que no nos hacia la vida muy placentera, unas semanas después fue cristina mi esposa, y poco a poco nos fuimos adaptando a la vida caraqueña, sus costumbres, sus dichos, sus comidas y sobre todo el idioma "venezolanes".

Uno piensa que todos los países de habla hispana es fácil comunicarse pero la mayoría de las palabras son diferentes y el tonito característico de cada país.

La base de la alimentación en Venezuela es el MAIZ pero blanco y no el amarillo al que estamos acostumbrados, reina la "arepa", bollito de maíz que substituye al pan.



Existen las "areperas", donde uno puede degustarlas con todo tipo de relleno, los atendientes tiene una gran habilidad para sacarle la miga con un cuchillo y colocar el relleno solicitado, una de las favoritas es la "reina pepeada", pollo con aguacate, y de bebida se toma mucho jugo natural, de frutas tropicales completamente desconocidos para nosotros los rioplatenses:
" guanabana, parchita, tamarindo, piña, etc, etc".

Tambien en las panaderías se venden lo que llaman "jugo de cartón", ( envase tetrapack) con mas de 25 sabores diferentes en 3 tamaños 1/4, 1/2 o un litro.

Bueno comencé a trabajar, la mayor parte de los clientes eran ministerios o departamentos del estado, llegando inclusive a trabajar en la OCP Oficina Central de Personal donde adelante de mis ojos salían los contra cheques hasta de los ministros de estado.

Nunca pusieron ninguna oposición al hecho de yo no ser venezolano, era residente permante.


Pero la Comandancia de la Marina no permitió que trabajase, quizás podría ser un agente secreto uruguayo en busca de material clasificado venezolano!!!!

Meses mas tarde mi esposa quedó embarazada de nuestra hija Luciana, que nació en una clínica privada con todo el confort y los gastos pagados.

Un colega mío se ofreció a comprar un apartamento y alquilármelo en el complejo Parque Central recién inaugurado.



Era un apartamento dúplex en el piso 13 de un edificio de 35 pisos, esos eran los "chicos" ya que los grandes de escritorios tienen 85 pisos.




Finalmente decidimos volver al Brasil, llevándonos una venezolanita caraqueña de solo 15 días, pero eso ya es otra historia.

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